Me encantaba la forma como no
siempre me dabas la razón, como te atrevías a contradecirme. Como no me dejabas
ganar fácilmente solo porque era chica. Como sabias soportarme cuando ni yo me
soportaba a mí misma. Como aguantas mis tontos momentos de tristeza y los volvías
en luz. La manera en la que congeniabas tan perfectamente con mis amigos,
incluso los que te caían mal. Como sabias reírte de ti mismo y de todas
aquellas situaciones incomodas. La increíble creatividad que corre por tus
venas y tu habilidad con la guitarra. Como intelectualmente conocías mucho más
de lo que demostrabas. Tu inteligencia emocional me sorprendió, me sorprende y
me sorprenderá. Como podías haber tenido el peor día de todos y seguías siendo
TU. Los mejores consejos siempre salían de tu boca. Lo seguro pero no arrogante
que eres. También me gustaba como me mirabas con ojitos de ternura. Como te
tomabas el tiempo de apreciar lo que a mí me gustaba, aunque tú no pensaras lo
mismo. Como te burlabas de mis chillidos de emoción absurda jajajajaja y remedabas
estos, perfectamente. La manera en la
que te expresabas de mí ante tus amigos. Como me entendías sin yo haberte dicho
nada y como nunca (a pesar de lo que yo haya hecho) hablaste mal de mí. ¿Me
arrepiento? SI y mil veces. Porque he buscado, encontrado pero nadie se compara
a ti. Las oportunidades llegan una sola vez en la vida y sé que ese chico tan
perfectamente imperfecto, ya no está ni estará a mi lado. Como nada más que un amigo.
Espero que ella se esté dando cuenta de
lo que tiene y no le pase lo mismo que a mí...
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